Por qué mis pechos no crecen

El desarrollo de las mamas se produce durante la pubertad y suele coincidir con el inicio de la menstruación. Es una parte normal del crecimiento de las mujeres y las niñas y desempeña un papel importante en la imagen corporal. Las mujeres tienden a estar preocupadas y ansiosas por el tamaño de sus pechos. Algunas chicas piensan que sus pechos son más pequeños, mientras que otras se muestran recelosas por su mayor tamaño. El desarrollo de las mamas se desencadena por la liberación de la hormona estrógeno en los niños. A medida que los pechos se desarrollan, los conductos lácteos también se expanden. Por lo general, el crecimiento de las mamas continúa durante cinco o seis años desde la pubertad. También puede cambiar de tamaño debido a diversas razones, como el aumento de peso y el embarazo. El desarrollo de los senos depende de muchos factores, como la nutrición y la genética.

El desarrollo de los senos se retrasa si la dieta es inadecuada. Las hormonas necesarias para el correcto desarrollo del organismo no se liberan si el cuerpo tiene una nutrición deficiente. El crecimiento de los pechos se ve frenado si tiene un peso inferior al normal o carece de vitaminas y minerales. Una dieta más saludable ayudará al cuerpo a desarrollarse correctamente.

El desarrollo de los pechos suele detenerse a los 17 o 18 años. También depende de su composición genética. Tus genes determinan el tamaño de tus pechos y el momento en que dejarán de crecer. Los pechos también pueden dejar de crecer debido a las fluctuaciones de los niveles hormonales. La fluctuación hormonal puede hacer que tus pechos crezcan después de los 18 años. El embarazo es otro factor que puede provocar el crecimiento de las mamas. El crecimiento de los pechos se detiene y se ralentiza después de la lactancia. El tamaño de los senos aumenta temporalmente cuando se toman píldoras anticonceptivas y vuelve a su tamaño normal y el crecimiento se detiene cuando se deja de tomarlas.

Cualquier aumento rápido del tamaño de las mamas puede indicar una enfermedad subyacente, como un tumor o un desequilibrio hormonal. También puede causar problemas físicos, como dolor de espalda.